Has hecho todo el trabajo: bola corta, buena colocación, ritmo perfecto. Ves la luz al final del punto, la bola llega fácil… y de repente la tiras a la red o fuera.
Sucede más de lo que crees. En ese momento de cierre, mentalmente pensamos que hay que inventar algo espectacular: cargar más el brazo, buscar la línea imposible o pegar el smash de la vida. Y ahí es donde se nos escapa el punto.
En este vídeo te cuento:
- Por qué hay que mantener la misma cabeza fría que durante el resto del intercambio.
- Cómo diferenciar una bola rápida y baja de una lenta y alta para ajustar tu preparación.
- El gesto correcto para cerrar: coger la bola delante del cuerpo y acelerar sin movimientos extra.
- Por qué a veces lo inteligente es jugar al medio, con control, y no buscar el ángulo imposible.
Verás ejemplos en los que menos es más y ejercicios para trabajarlo en pista. Si te da rabia fallar la bola que parecía hecha, no te pierdas este error.